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La mayoría de usuarios no dudan en apagar su ordenador después de la jornada de trabajo, cuando ya han terminado con todo, incluso cuando querrían conservar el estado de algún programa o del navegador. Lo hacemos por costumbre, pero hay otras alternativas mucho más eficientes, como por ejemplo, la suspensión del sistema.
Se trata de un proceso a través del cual el PC se queda funcionando a la más mínima potencia, guardando el estado actual de toda la información en la tarjeta RAM y gastando muy poca energía, para que al regresar al día siguiente podamos iniciarlo desde ese mismo punto y de una manera más rápida que si lo apagamos y encendemos de nuevo.
Poner el PC en estado de suspensión es muy sencillo:
- Clickamos sobre el símbolo de Windows como si fuéramos a apagar el PC.
- Justo en el botón de Apagado encontramos otras opciones, entre ellas, la Suspensión.
- Al clickar sobre esa opción, el ordenador entrará en la el estado de suspensión.

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