Una de las quejas más habituales de muchos usuarios con su PC es que tarda demasiado en arrancar,
y es que esperar cinco minutos todas las mañanas, hasta que los programas se van iniciando y demás,
puede ser un verdadero suplicio.
Con Windows 10 se
introdujo un modo de Inicio Rápido
que, gracias a guardar una parte del kernel de la última sesión, permitía un
arranque mucho más rápido. Algunos ya tienen esta función activada de forma
automática, pero si no es tu caso, aquí te explicamos
cómo activarla en pocos y sencillos pasos:
-
En el Menú de Inicio, debemos buscar “Opciones de Energía”
-
Cuando se despliegue la ventana, escogeremos “Elegir qué hacen los botones de
encendido”.
-
Una vez allí, escogeremos “Cambiar configuración que actualmente no está disponible”.
- Debemos asegurarnos igualmente de habilitar la
opción “Inicio Rápido” en la parte
de Configuración de Apagado.
De esta manera seguramente demos mucha más velocidad a nuestra máquina a la hora de iniciarse.
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