El correo electrónico
se ha convertido en una herramienta imprescindible para todos nosotros a día de
hoy, especialmente en lo que al trabajo se refiere. Es natural que cada día
enviemos varios correos, y los recibamos, con instrucciones para el trabajo
rutinario. Gmail se ha convertido en
el servidor más habitual desde hace más de una década, desbancando a Outlook,
gracias el empuje de Google.
Aunque la plataforma es bastante
intuitiva, y suele ser muy buena a la hora de separar los correos
importantes del resto, a veces cuesta acceder a ciertas carpetas, como la de
Spam. Si bien la mayoría de correos que llegan ahí no son importantes, alguna
vez se puede colar algún correo externo que queremos recuperar. Así es como
debemos acceder a esta carpeta:
1-
Abrimos nuestra cuenta de Gmail, en la aplicación o en el escritorio.
2-
Debemos acudir al menú de la izquierda, donde
aparecen varias categorías. Como verás, Spam
no está entre ellas, al menos por ahora.
3-
Justo debajo de todas las categorías encontramos
una opción para ver más opciones. Debemos pulsar ahí, para que el resto de categorías aparezcan.
4-
Ahora si podemos encontrar la carpeta Spam, que
se mantenía oculta. Elegimos los correos
que queremos salvar y el resto, por recomendación, los borramos.
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